Como se habrán percatado ya, en este espacio intentamos no solo traerles cosas del pasado sino también acercarles parte de nuestra historia, por eso nos es tan importante escuchar la vuestra, que nos contéis de sus anécdotas. Y se preguntarán: ¿por que coño este tío ahora escribe en español? Pues es que yo vengo de familia de inmigrantes, Españoles, para serles más exacto. Y en mi casa, cada vez que daban un programa Español, pues eso! Que había que verle, joder!
Así me vino a marcar la infancia un programa llamado “Media Naranja”. Vino a caerme en una época en la que yo me reía de mis padres riendo más que por comprender de qué hablaban los protagonistas. Se transmitió allí por 1986 y contaba la historia de un hombre muy vergonzoso que vivía con sus padres y trabajaba en la ferretería de ellos. Y se muda al edificio una chica moderna, liberal que viene a cambiarle la vida. La típica comedia de enredos con un toque de humor adulto.
El caso es que yo a esa edad no entendía ni “J” pero lo veíamos antes de irnos a dormir por tanto muchas noches me iba a la cama cantando la canción del programa sobre todo la parte en donde decía: Chico busca chica, chica busca chico!
Los años pasaron y los recuerdos se borraron pero aquella melodía siguió sonando en mi cabeza. Con la apertura de este blog comenzamos a buscar información de cosas que nos acordábamos y así llegué hasta “Media Naranja”. Busqué su canción pero jamás la encontré. Tiempo después comencé a trabajar con Javier Bergia, cantautor Español y las cosas de la vida hacen que haya sido Javier el mismo que compuso la canción de “Media Naranja” así que muerto de Alegría!!! Por encontrar este recuerdo y poder compartirlo con todos vosotros!!! “ Media Naranja”
Salud!
viernes, julio 11, 2008
jueves, junio 12, 2008
.: Hola Chicooooosss!!! :.
Que más se puede decir??? Cuando ELLA entraba y nos saludaba con su "Hola chicooosss!!!" sabíamos que comenzaba la mejor hora del día.
Mi ritual era el siguiente: Llegar del colegio, tirar la mochila (con la caja de regletas adentro), sacarme el guardapolvos, si hacía a tiempo, ya que mi vieja a veces se colgaba a hablar con alguna madre de algún compañero, y esto podía ocasionar que no llegue a tiempo a verla a ELLA desde el principio. En consecuencia, cuando notaba que esto último estaba por suceder, comenzaba a fastidiarme, cosa que mi vieja rápidamente pesquizaba, por lo que siempre llegué a horario. Luego procedía a acomodarme delante del televisor; y cuando ELLA aparecía nada mas tenía importancia. Sólo lograba detectar, más allá de lo que la pantalla emitía, una mano que pasaba por el costado de mi cara, primero con galletitas y después con una chocolatada. Supongo que era la mano de mi vieja... supongo.
ELLA, con su sonrisa y su voz angelical, nos hacía reir, cantar, bailar... nos hacía sentir felices.
En este último tiempo se dijeron muchas cosas de ELLA. Que cómo podía salir con ese señor mayor, que sus tapas de revista, que esto y aquello. Pero que quede algo bien en claro señores... FLAVIA, FLAVIA no se mancha. Nunca tuvieron el privilegio de conocerla cómo nosotros lo hicimos.
Mi ritual era el siguiente: Llegar del colegio, tirar la mochila (con la caja de regletas adentro), sacarme el guardapolvos, si hacía a tiempo, ya que mi vieja a veces se colgaba a hablar con alguna madre de algún compañero, y esto podía ocasionar que no llegue a tiempo a verla a ELLA desde el principio. En consecuencia, cuando notaba que esto último estaba por suceder, comenzaba a fastidiarme, cosa que mi vieja rápidamente pesquizaba, por lo que siempre llegué a horario. Luego procedía a acomodarme delante del televisor; y cuando ELLA aparecía nada mas tenía importancia. Sólo lograba detectar, más allá de lo que la pantalla emitía, una mano que pasaba por el costado de mi cara, primero con galletitas y después con una chocolatada. Supongo que era la mano de mi vieja... supongo.
ELLA, con su sonrisa y su voz angelical, nos hacía reir, cantar, bailar... nos hacía sentir felices.
En este último tiempo se dijeron muchas cosas de ELLA. Que cómo podía salir con ese señor mayor, que sus tapas de revista, que esto y aquello. Pero que quede algo bien en claro señores... FLAVIA, FLAVIA no se mancha. Nunca tuvieron el privilegio de conocerla cómo nosotros lo hicimos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)